Obama es el primer afroamericano en llegar a ser presidente de los EE.UU. Pero no solo eso: es hijo de un africano de Kenya y se llama Barack Hussein, es joven, y tiene una biografía plagada de esfuerzos. Representa a todos aquellos sectores marginados, minorías y no tan minorías, es una metáfora de la vitalidad de amplios sectores sociales respetuosos de la diversidad.
El triunfo de Barack Obama es un hito en la política norteamericana que, por el rol que tiene Estados Unidos en el mundo, tiene efectos de alcance global.
En primer lugar, va a significar un cambio en el clima internacional, con una menor importancia de los asuntos relativos a la seguridad y una revalorización de los organismos internacionales y de los mecanismos multilaterales. Obama ha destacado su voluntad de diálogo y ello puede tener implicancias positivas en América Latina, especialmente en sus relaciones con Cuba, Venezuela y Bolivia.
En segundo lugar, traerá aparejados cambios en las prioridades de la agenda política interna. En esto no hay que exagerar; el que haya ganado Obama no significa cambios radicales; por otro lado, si vemos el caudal de votos, la mayoría demócrata es significativa, pero no abrumadora. Con todo, los asuntos relativos a la protección social recuperarán espacio (por ejemplo, en el área de salud).
En tercer lugar, el triunfo de Obama es revolucionario desde el punto de vista de la campaña que llevó adelante; una campaña que apeló a los jóvenes, al financiamiento “hormiga”, al uso de las nuevas tecnologías; pero sobretodo, una campaña que apeló discursivamente a los sueños, a las utopías. Todo esto es algo que debieran recordar algunos connotados miembros de nuestra elite que no saben usar el correo electrónico o que empapan su retórica de contenidos gerencialistas y tecnocráticos.
Finalmente, y desde mi punto de vista, lo más importante, es el tremendo valor simbólico de este triunfo. Obama es el primer afroamericano en llegar a ser presidente de los EE.UU. Pero no solo eso: es hijo de un africano de Kenya y se llama Barack Hussein, es joven, y tiene una biografía plagada de esfuerzos. Representa a todos aquellos sectores marginados, minorías y no tan minorías, es una metáfora de la vitalidad de amplios sectores sociales respetuosos de la diversidad. En esto, Obama viene a reforzar las demandas de cambio que sociedades latinoamericanas han iniciado eligiendo a otros marginados y discriminados: el obrero Lula, el indio Evo Morales y las mujeres Bachelet y Fernández.