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“El mejor periodismo chileno 2014”: presentación de Cristóbal Peña

Por ~ Publicado el 24 abril 2015

Compartimos el texto de presentación escrito por el director de la Escuela de Periodismo de la UAH para el libro El mejor periodismo chileno que reúne los trabajos ganadores y finalistas del Premio Periodismo de Excelencia 2014.

El libro "El mejor periodismo chileno 2014" estará disponible en librerías desde la próxima semana.

El libro “El mejor periodismo chileno 2014” estará disponible en librerías desde la próxima semana.

Cuando este libro está próximo a entrar a imprenta, en el país cunde una sensación de desplome. De agotamiento y hastío, una sensación de fin de ciclo motivada por casos de corrupción que han dejado al descubierto vínculos perversos entre grupos de interés político y económico. Como en esa clásica película de terror en que los muertos emergen de las tumbas para devorar carne fresca, algo que permanecía bajo tierra, en descomposición, que se alimenta de los vivos, ha  salido a la luz pública. Muertos al acecho de los vivos. Muertos vivos que representan un fin de mundo pero también un inicio. La oportunidad de algo nuevo.

Esa es la sensación que constatan los hechos recientes. Asistimos a un final, y como en todos los finales de la historia, el periodismo tiene un rol protagónico que cumplir.

Es cierto. Nuestra transición política ha estado llena de falsos finales. Finales simulados, fallidos, aparentes. Muchos de quienes comenzamos a trabajar en máquina de escribir y presenciamos ese supuesto fin de ciclo que fue el retorno a la democracia, representado por esa escena memorable en que Aylwin se calza la banda presidencial que segundos antes lucía Pinochet, coincidimos ahora en que ese no fue un punto de clausura definitivo en nuestra historia; quizás, cuanto más, como en algunas películas tramposas, fue un final de suspenso, un pie forzado que dejó abierta la oportunidad para segundas y terceras partes, cada una más difícil de creer que la otra.

Como sea, lo que está ocurriendo hoy parece ser un punto de inflexión, efervescente, tenso, crítico: un momento en que el periodismo de excelencia se hace más necesario que nunca. Después de un periodo de letargo, de quejas y adversidades, este oficio parece haber vuelto a ser un arma de poder y, me atrevería a decir, de respeto. Un arma peligrosa para quienes se han empeñado en ostentar posiciones de privilegio que derivan en abusos.

En un país como el nuestro, que exhibe altos grados de inequidad, la ciudadanía demanda a gritos un buen periodismo. Honesto, profundo, independiente. Un periodismo que retrate las injusticias y transparente los factores que las expliquen. Que cuestione sin concesiones, pero a la vez, que lo haga de manera responsable, fundada, sin más intereses que el ánimo de informar.

“Lo que está ocurriendo hoy parece ser un punto de inflexión, efervescente, tenso, crítico: un momento en que el periodismo de excelencia se hace más necesario que nunca”.

A luz de los trabajos compilados en este libro, se puede afirmar que el periodismo está haciendo su trabajo.

En su décimo segunda versión, el Premio Periodismo de Excelencia (PPE) recibió 416 postulaciones. De estas resultaron 22 piezas finalistas y ganadoras que fueron seleccionadas por un jurado independiente y plural, de reconocida trayectoria. La muestra es diversa. En este libro están representados los grandes temas que marcaron el año, temas que en su mayoría definen la cara menos amable del país: abusos de poder, conflictos de interés, desigualdad social. Están los temas que retratan el momento que vivimos y los grandes personajes, a veces  amables, la mayoría de las veces incómodos: Nicanor Parra, Pedro Lemebel, la Desideria.

El del martillero es caso aparte. El hombre que abrió la caja de pandora en que terminó convertido el caso Penta fue perfilado de manera ejemplar por Rodrigo Fluxá, Carla Mandiola y Carla Ruiz, en momentos en que el escándalo recién asomaba y la historia de su detonador -un personaje oscuro, provenientes de los más bajos fondos, donde el lumpen convive con ex agentes de la dictadura- aún permanecía en las sombras. El último golpe del martillero, como se titula este perfil que obtuvo el primer lugar del PPE, es una perfecta representación de las miserias que conviven con las más altas esferas de un poder corrupto.

Esta “síntesis de buena escritura, reporteo profundo e impacto en la agenda pública”, según definición del jurado del PPE, es una pieza ejemplar pero de ninguno modo excepcional en la producción de 2014. Fueron los medios los que ventilaron de manera sistemática los pormenores del caso Penta. Y si hubo intentos por frenar éste y otros casos que se han derivado del mismo, la prensa se ocupó de ejercer presión para que algo así no ocurriera. La prensa, demandada por una opinión pública cada vez más exigente.

El país está cambiando y el periodismo está siendo tanto reflejo como motor de esos cambios. Es un buen momento para ejercer el periodismo. Un momento privilegiado y desafiante. Afuera están pasando cosas importantes que reclaman ser contadas. ¿Alguien más se anima a cubrir la noche de los muertos vivientes?


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