Entrevistas

Margarita Torres: “El derecho a la información es un derecho de elite”

Por ~ Publicado el 27 mayo 2014

Meses turbulentos viven los medios en México. La debatida Ley de Telecomunicaciones promete combatir los monopolios de información, pero al mismo tiempo amenaza las libertades de la “ciudadanía digital”. Torres, experta de la Universidad Iberoamericana, advierte sobre los riesgos de un control estatal de internet: “Sería una medida medieval y un atentado a la democracia”.

Foto: Tamy Palma

Foto: Tamy Palma

En abril se iniciaron las discusiones sobre la Ley de Telecomunicaciones en el Senado y de ahí no salieron. El debate en el Congreso sobre la transformación de esta legislación se aplazó hasta junio, mes en el que los parlamentarios esperan reconsiderar los puntos que empoderan al Estado sobre los contenidos difundidos en internet y su posibilidad de limitarlos.

Los artículos más controversiales permiten la entrega de los datos de usuarios a las autoridades; bloquear internet “en eventos críticos y lugares críticos”; la recopilación de la información de los proveedores de internet —incluso la fecha y hora de conexión de sus usuarios—, entregar a autoridades la facultad absoluta del control de internet con el apoyo de proveedores, y la censura de contenidos cuando la autoridad así lo determine.

Las protestas en la capital de México constatan la postura de la gente: quieren evitar las medidas restrictivas de la Ley y exigen un marco legal que rompa con los monopolios que tienen las empresas de telecomunicaciones de Carlos Slim y Televisa. Hasta ahora, organizaciones como la Red en Defensa de los Derechos Digitales y Yo soy 132 se han agrupado para protestar contra los nuevos artículos. La última manifestación convocó a cuatro mil personas en Distrito Federal, motivo por el que las autoridades  se vieron sometidas a revisar y remodelar las propuestas.

Margarita Torres, encargada del departamento de Derecho a la Información de la Universidad Iberoamericana y cofundadora de la organización Periodistas de a Pie, detalla el riesgo que implica bloquear internet en una sociedad temerosa y desconfiada como la mexicana. “Es absurdo querer bloquear internet”, afirma.

—¿Qué amenaza representa la Ley Telecom al derecho a la libertad de expresión?
Una muy grande. Pone en riesgo nuestro derecho a la información, principalmente por las malas condiciones en que se ejerce el periodismo. Por otro lado, acá hay un tema importante que tiene que ver con la pluralidad de información y hay que tener en cuenta que no se trata únicamente de que en un medio de comunicación haya muchas voces, sino que haya muchos medios que puedan dar distintas visiones del mundo y es algo que acá no lo hemos tenido y que internet, de cierta manera, provee. Además, sin ser pesimista, el derecho a la información es un derecho de elite y con eso no me refiero a quienes tienen un nivel socioeconómico, pero sí creo que hacer un ejercicio pleno del derecho a la información, a los ciudadanos les exige un montón.

—Pero es misión de los periodistas bajar la información, ¿no?
Exactamente, pero también es cierto que en el contexto que tenemos ahora convergen hábitos malos del pasado con situaciones adversas presentes, y eso lo dificulta. Por eso la Ley Telecom es un riesgo, porque mucha información que no se ve en los periódicos la puedes encontrar ahí. Hace unas semanas estaba revisando una entrevista que hice para una investigación a  Mónica González de Ciper y una de las cosas que ella me decía es que Ciper tal vez no da lo que los ciudadanos quieren saber, pero sí lo que se tiene que saber. Eso me impresionó; es impresionante cómo un medio digital puede ponerse en la agenda nacional e impactar en ella con todos sus temas. Y mientras hablaba, yo pensaba: ¿eso cómo lo podemos entender en el periodismo mexicano?

“Si es que México es una democracia y queremos vivir en ella, entonces no pueden bloquear internet”.

—¿En México podría existir un medio digital como Ciper?
Hay que esforzarse bastante, pero creo que sí. Hay que procurar las condiciones de independencia, y me refiero a que su proveedor no interfiera en su agenda, que cumplan con condiciones de transparencia.

—¿Qué tan comprometido está México con el derecho a la información?
Es que ahí hay otro tema: a nosotros nos venden un país democrático, pero eso no ocurre en su totalidad. Primero, si es que México es una democracia y queremos vivir en ella, entonces no pueden bloquear internet. Hay muchas soluciones que podemos identificar que han surgido de las relaciones que se tejen desde internet. También hay cosas malas, pero es un espacio de convivencia, socialización y, para muchos, de seguridad.

—¿La transparencia habría que instalarla en un debate legislativo sobre los monopolios de proveedores de internet y medios de comunicación?
Sí, pero es muy difícil de discutirlo ya que hay otras empresas que tienen poder. Han sido muy pocos los que han hecho este trazo entre quiénes son los dueños de los medios y qué otras empresas tienen. Podemos mirar Televisa porque es la más grande, pero miremos también a los dueños de Excélsior o el poder que tiene Carlos Slim. Solo por eso me gusta lo que ha pasado con la Ley Telecom: cada vez más gente se sintió identificada con lo que se puede llegar a violentar. Podemos decir que viene desde el período electoral del 2012, a lo mejor antes, a lo mejor después, pero es innegable que estamos pasando por un momento coyuntural que tenemos que tratar de abrazar y cuidar.

—¿Qué consecuencias puede tener limitar internet en un país donde la gente desconfía de los medios y las instituciones?
El riesgo es total. Es absurdo querer bloquear internet. Pero es por todo lo que conlleva, desde lo que dijo Naciones Unidas respecto a la sociedad de la información hasta una apuesta en educación, en salud, etc., una cosa fundamental que es lo que nos da el Derecho a la Información y que se violentaría aprobando la Ley. Es decir, es un espacio abierto donde convergen todos los temas que termina siendo una posibilidad virtual que puede bajar a lo real algo tan simple como reunirte con los otros. Sería una medida medieval y un atentado a la democracia.

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