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Chile y Bolivia: conversación con el ex canciller Ignacio Walker

Por ~ Publicado el 5 junio 2009

El domingo pasado Evo Morales dio una entrevista a La Tercera en la que sostiene que la demanda marítima que el gobierno peruano interpuso contra Chile en el Tribunal de La Haya no ha hecho más que frustrar la búsqueda de un acuerdo marítimo entre Chile y Bolivia. Y a pesar de que lo primero que dijo Ignacio Walker en su charla en el Aula Magna de la UAH, fue que no se iba a referir a las relaciones diplomáticas entre el gobierno de Alan García y el de Evo Morales, de una u otra manera, el ex canciller abordó el tema. Sobre todo en lo que respecta al rol histórico que Perú ha tenido en una eventual salida al mar para Bolivia. Porque en 1929 Chile y Perú firmaron un tratado en el que, entre otras cláusulas, se estipuló que nuestro país no puede ceder ningún territorio que haya pertenecido a Perú sin la aprobación del propio Perú. “Después de ese tratado la llave la tiene Perú y no hay vuelta que darle”, dice Walker.

El ex canciller chileno expuso y conversó con alumnos y profesores en un encuentro inserto en el ciclo de charlas “Jueves de reporteros”, organizado por la Escuela de Periodismo de la UAH. Habló de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile desde la Guerra del Pacífico (1879) en adelante, y también se refirió a las pretensiones geopolíticas que Perú reclama frente a la Corte Internacional de Justicia. Respecto de este tema, Walker dice tener la seguridad de que la decisión del tribunal va a ratificar el tratado bilateral que sindica al paralelo del hito número uno como límite marítimo invariable.

Independiente de las tensiones que caracterizan la historia de estos tres países, Walker sostiene que la realidad sociopolítica de Bolivia es en sí misma muy compleja. Desde su independencia (1825) este país ha tenido grandes problemas para consolidarse como nación en varios aspectos: desde el punto de vista institucional, económico, cultural, político y territorial. Con respecto a lo último, Walker apunta que Bolivia ha perdido 1.200.000 kilómetros cuadrados con sus países vecinos (Argentina, Perú, Paraguay, Brasil y Chile). De esa cantidad, solo el 10% del territorio perdido por Bolivia pasó a ser de Chile en la Guerra del Pacífico (mar incluido). “Lo de Bolivia es una historia de desgarros y dificultades serias”, dice el ex canciller.

Luego de diversos desencuentros, los coletazos de la Guerra del Pacífico se zanjan jurídicamente en 1904 con Bolivia, y en 1929 con Perú. “El tratado de 1904, que fue libremente celebrado entre ambos países y que contempla la cesión territorial de Bolivia a Chile tiene una legitimidad jurídica y política que no se puede negar”, sostiene Walker.

Sin embargo, en 1920 surge en Bolivia una tesis revisionista del tratado que contempla un acceso soberano al océano Pacífico. Desde ese momento hubo al menos diez conversaciones formales entre Chile y Bolivia para resolver este tema, pero ninguna prosperó. Algunas de ellas se llevaron a cabo en 1926 y 1951 e incluyeron, por ejemplo, la cesión de un corredor con acceso soberano al Pacífico, al sur de la Línea de la Concordia.

Walker dice que la conversación más importante se dio durante la dictadura, en 1975. Pinochet ofrece una salida soberana al mar (de nuevo al sur de la Línea de la Concordia) a cambio de una compensación territorial. Chile consulta a Perú y éste propone un régimen de soberanía compartida y una administración tripartita del puerto de Arica. Chile no acepta porque cree que esto sólo perpetuará el conflicto. “En el fondo Perú lo hizo para frustrar la iniciativa entre Chile y Bolivia, porque la teoría no explicitada es que quiere mantener su doctrina de limitar con Chile”, dice Walker.

Sin contar el intervalo entre los años 1975-78, las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia se cortan desde 1962. Recién al final del gobierno de Eduardo Frei se suscribe un acuerdo que se define como Diálogos Bilaterales sin Exclusiones. Luego, Ricardo Lagos establece una agenda -en la que participa Ignacio Walker- que consta de trece puntos y que tiene como sexto ítem el tema marítimo. “Por eso, no es cierto que haya una obsesión por parte de Chile de no responder a la aspiración boliviana”, dice Walker.

Uno de los factores importantes que ha impedido la solución del tema marítimo es la situación interna de Bolivia. “Bolivia está en una encrucijada“, dice el ex ministro, ya que aún cuando Evo Morales tiene un 67% de apoyo y ha emprendido una reestructuración democrática y cultural en su país, la situación no es fácil. Morales convive con dos oposiciones muy distintas y poderosas: la política, que tiene mayoría en el Senado, y la oposición territorial de las provincias de Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz. “Sin embargo, Bolivia ha tratado con mucho realismo, inteligencia y pragmatismo el tema con Chile. Estamos en un buen pie para crear condiciones de confianza mutua”, dice Walker.

Debido a la casi segura negativa del Perú a cualquier cesión de territorio a Bolivia de suelo que alguna vez fue peruano, el ex canciller dice que deben buscarse soluciones bilaterales entre Chile y Bolivia. Al mismo tiempo, es casi imposible que una cesión soberana de terrenos que alguna vez fueron de Bolivia porque se cortaría el territorio chileno en dos. Pueden ser enclaves portuarios, servidumbres, corredores, etc. “Todo lo que aguante la imaginación y el arte de la diplomacia”, dice el ex ministro.

Por último, Walker se refirió a un tema muy importante, que tiene relación con el rol que juega la opinión pública chilena en las relaciones con Bolivia. Según diversas encuestas, nuestro país está mayoritariamente en contra de otorgarle una salida soberana al mar a Bolivia. Y en el caso del país vecino, su latente crisis estructural tampoco ayuda. Un eterno problema, porque para negociar, es necesario que exista legitimidad interna.

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